lunes, 24 de noviembre de 2014

Del Asocianismo al Tercer Sector

Jairo Garzón Montaño
Opinión
La sociedad civil se estructura como un hecho social, el cual está ligado directamente con la generación de ciudadanía, juntos, representan una arista más desde donde debe ser entendida la relación sociedad- Gobierno y Estado.


Diversos textos dan cuenta que la tradición asociativa da lugar al concepto moderno de sociedad civil, ésta surge desde la edad media, con la estructuración de los gremios y las cofradías, se enriquece en la revolución industrial a través de organizaciones más complejas como los sindicatos de trabajadores y las asociaciones patronales, ya para los siglos XX y XXI, el fenómeno asociativo adquirió una notable fuerza, constituye una nueva realidad en sociedades democráticas.

En relación a este proceso, Lester Salamon afirma que en todo el mundo sin importar la terminología se está dando una revolución asociativa, reflejada en la aparición de un tercer sector, producto de cuatro crisis -la del Estado de bienestar, la del desarrollo, medio ambiente y la del socialismo- y dos revoluciones -de las comunicaciones y de la burguesía-.

Ante este contexto, un elemento fundamental para entender la función de la sociedad civil en las sociedades democráticas, es ubicar su papel de constructor de lo público, por lo que su participación no se debe limitar a los procesos políticos electorales, en virtud de que toda muestra de manifestación social se encuentra enmarcada en el catálogo de derechos inherentes y de las garantías constitucionales.

El gobierno del Estado de Oaxaca y las organizaciones de la sociedad civil, deben cumplir con su función social  que es de carácter colectivo, por lo que el uso desmedido sin apego a los protocolos de actuación de la fuerza pública sin garantizar los derechos humanos en las manifestaciones pacíficas, debe ser reprobado por todos, más cuando estas expresiones legitimas de la sociedad son críticas al poder público y demandas por derechos constitucionales insatisfechos.

En un régimen democrático deben existir canales abiertos para manifestar y expresar el disenso, precisamente en eso estriba el derecho a la asociación y a la libre manifestación de las ideas, en un ejercicio colectivo de la libertad de expresión. Bajo este régimen en el que la dimensión y complejidad de los problemas cada vez deriva en mayores implicaciones económicas, políticas y jurídicas, ninguno de los sectores –estado, mercado y sociedad civil- pueden trabajar aislados.
 
La acción pública implica la asociación y la colaboración entre sectores, es el fundamento de la nueva gobernabilidad, en la que está explicita la coparticipación, traducida en acciones transversales e interinstitucionales entre los órdenes de gobierno y demás actores.

Mi conclusión es que no habrá desarrollo sin un Estado eficiente y sin un mercado vigoroso, está condición sólo podrá darse con una sociedad civil fuerte, pero no la habrá sin ciudadanía, lamentablemente esta condición está lejos de darse en un estado con altos índices de pobreza, exclusión socioeconómica y migración, en el que el común denominador es la incapacidad institucional para dar respuesta a las necesidades sociales.

Hago votos para que en Oaxaca el ejercicio de las libertades constitucionales, se ejerzan con responsabilidad, libertad, autonomía y sin represiones, este es el momento para que nosotros los jóvenes participemos activamente en la vida democrática del país, revigoricemos la lucha por un mejor presente y un futuro más próspero, en el que la justicia, la equidad y la participación sean valores ejercidos por todos.
Twitter:@jairogarzonm 

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