lunes, 16 de febrero de 2015

El consumidor en el mercado de la democracia ¿Y los ciudadanos?


José Ojeda Bustamante
Opinión

La palabra mercado, puede ser definida como el “conjunto de consumidores capaces de comprar un producto o servicio” de acuerdo con la RAE. Respecto a lo anterior, México vive una realidad en torno a su democracia: la vertiente del nuevo liberalismo, en su máxima expresión. Podríamos afirmar con toda seguridad, que las relaciones de mercado, comienzan a permear en la esfera de lo público. Pues tenemos que para una democracia, como la antes citada, la garantía de elecciones libres y periódicas, son sus fines cuasi exclusivos. Más allá incluso de promover valores democráticos, cultura política democrática, libertades políticas y civiles, respeto a la diversidad, pluralidad en las fuentes de información o equidad en la distribución del ingreso.



Las anteriores, no son condiciones sine qua non, en tanto que, lo importante es construir esquemas que garanticen la reproducción del poder y el estatus quo de quienes se benefician de la estratificación social.
Este sistema genera contiendas electorales -desde el punto de vista de la analogía del mercado- que se alimentan de dos elementos fundamentales: a) oferta y b) demanda. Y al igual que en el mercado capitalista, dichos elementos requieren de interactuar mediante diversos intercambios para garantizar su funcionalidad.

La mercadotecnia (privada de ética) funge en tal caso, lo mismo que sirve para seducir al consumo de fritangas o productos milagro. Así como se nos han creado “necesidades” a partir de exitosas campañas publicitarias y de neuromarketing. En el contexto de las precampañas y campañas políticas, somos vistos y tratados como “potenciales consumidores”. Analicemos pues, la oferta que surge del mercado distorsionado de la partidocracia. Nos encontraremos con que mayoritariamente, está constituido por productos que en nada abonan a nuestro bienestar, el de nuestras comunidades o a la salud de nuestra democracia.

El ágora que inspiró la idea de democracia, ya es “anacrónica”. Con ello, el responso ante las cenizas de la deliberación, la discusión, la polémica; las artes de dilucidar u orar, en torno a lo que se considera “asuntos de interés de la polis”. Los ejemplos por antonomasia: ¿Qué campaña le recuerda aquella del “hoy, hoy, hoy”? Que fue también la del “ya, ya, ya”. ¿Se acuerdan de aquella campaña de “vas a perder tu casa y tu patrimonio si es presidente el Peligro para México”?. O qué tal aquella de la “República Amorosa” (que podría ser más armónica con el slogan de un motel). O aquella campaña construida y publicitada en prestigiosos medios como TVyNotas, sobre el idilio entre un connotado político y una actriz.


Este es el nivel en el que hemos descendido. Algún político en su sano juicio podría hablar de: ¿Cambio Climático?, ¿Estancamiento en la movilidad social en México?, ¿Consumo per cápita de drogas en general?, ¿Soberanía alimentaria?, ¿Crecimiento de la pandemia del SIDA?, ¿Concentración de mercado en el duopolio de la televisión?, ¿De la transparencia, contraloría social, rendición de cuentas de la corrupción con nombre y apellido? y ¿Por qué lo anterior no termina por cuajar de rentable? Ha faltado, dicho en una oración coloquial: potenciar un ciudadano demandante y no a un simple consumidor.


Pienso que en ese sentido, se vislumbra esperanzador, mantenernos en la lucha por la democratización de los medios de comunicación (hasta hoy, el aparato de construcción de consensos en torno a intereses de la oligarquía de este país); lograr la ampliación de los denominados “tiempos del Estado”, para propiciar tiempos más extendidos en el debate de las plataformas políticas; y echar atrás las iniciativas que promueven la eliminación de contenidos de ciencias sociales, humanidades y formación de valores, dentro del sector educativo, pues de esta forma anulan la generación de conciencia.


La toma gradual de conciencia en torno a cualquier problemática, resulta en una manera natural de inhibir la mezquindad con que son tratados los asuntos más importante para de la nación (esquema imperante en las campañas y la política en general).
Twitter: @ojedapepe

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