miércoles, 22 de julio de 2015

Cué, el CNTE y la Evaluación Educativa




 Jairo Garzón Montaño


Uno de los principales ejes para consolidar una educación de calidad en nuestro estado, es instituir diversos procesos de evaluación que permitan fortalecer las experiencias exitosas y mejorar lo que no está dando los resultados esperados.


Lo primero que nos corresponde como sociedad es aceptar y estar conscientes de que el sistema educativo estatal presenta diversos desafíos que se deben atender, basta mencionar que nuestros niños tienen la probabilidad más baja de todo el país de concluir la secundaria, somos la entidad con el mayor número de días escolares perdidos y contamos con la peor infraestructura educativa a nivel nacional.

Nuestros docentes han tenido una ínfima participación en los procesos de capacitación, certificación y exámenes de oposición, sólo el 56% de nuestros espacios educativos participaron en el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial, teniendo resultados poco alentadores. Para dimensionar la gravedad del asunto, cabe mencionar que el 51% de las escuelas no tienen barda, 1 de cada 3 no tienen techo y 4.8% no tienen piso firme.

Este conjunto de precariedades, irregularidades, nulo involucramiento y pocos resultados, motivaron a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión a invitar al Gobernador Gabino Cué Monteagudo a la primera Mesa de Análisis Intergubernamental sobre la implementación de la Reforma Educativa, para reflexionar sobre la situación del sector en la entidad y tomar las decisiones necesarias para recobrar la rectoría con visión de Estado. 

En este marco se anunció la modernización del Instituto Estatal para la Educación  Pública de Oaxaca, para robustecer el entramado institucional y poner en marcha una política educativa moderna, eficiente, renovada y de puertas abiertas.

Como politólogo celebro que la Reforma Educativa avance y no se detenga, que las autoridades pasen de los discursos elegantes a las acciones concretas, y que a pesar de las complejidades se conduzcan en el marco de la legalidad. Celebro que para evitar la confrontación y la violencia se utilice el diálogo como mecanismo propio de la democracia para la construcción de acuerdos, destacando que la aplicación de la ley no es negociable.

Hago votos, para que a pesar de la complejidad que enfrenta y representa nuestro estado, las bondades de la Reforma Educativa, sean una realidad en beneficio de los docentes, directivos, padres de familia y estudiantes del sistema educativo.

Como oaxaqueños, merecemos una educación de calidad, incluyente y accesible, en la que los buenos docentes sean promovidos por los resultados y en el mérito de su práctica docente. Un sistema que erradique irregularidades como la venta de plazas y la herencia de puestos de trabajo.



Debemos estar conscientes de que nuestro futuro depende en gran medida de cómo nos preparemos, en este sentido, existe un consenso generalizado de que una educación de calidad es elemento indispensable y de impostergable materialización, para seguir por el camino de la prosperidad, el crecimiento económico y desarrollo social.



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