jueves, 30 de julio de 2015

LA ASUNCION DE MARIA





Padre Porfirio Franco

Seguramente, si nos ponemos a platicar con algún hermano separado nos va a decir que María no tiene importancia, que es una mujer cualquiera y que no fue llevada a los cielos. Y nos dirán eso no está en la Biblia. Y nosotros espantados, no sabemos que decir.


En realidad, la Asunción de María no está expresamente en la Biblia, pero se deduce de la Biblia. Y esa deducción la hace la Iglesia a quien Jesús le dio el poder de interpretar  la Sagrada Biblia: “Quien los escucha a Ustedes, me escucha a mí me escucha; quien los rechaza a ustedes, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado” Lc 10,16.

Y, la Iglesia, con esa autoridad de Dios le dio formuló así el dogma de la asunción de María a los cielos “La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo” (Constitución: Dios generoso con munificencia). Esta formulación la hizo Pio XII el 1 de Noviembre de 1950.

Primero entendamos que no es  lo mismo “asunción  que  ascensión. La “ascensión es el hecho de subir a los cielos por sí mismo como Jesús (Lc 1,3-11). “Asunción” es ser llevado a los cielos por Dios mismo o por los ángeles.

En la Biblia se habla de las personas que son llevadas a los cielos como la Virgen María, por ejemplo Enoc.  “Siguió siempre los caminos de Dios, y luego desapareció porque Dios se lo llevó” Gn 5,24. En el libro segundo de los Reyes se dice que Elías fue llevado al cielo mientras iba en su carro de fuego 2 Re 2, 11-12.

¿Por qué fueron llevadas estas personas al cielo? San Pablo en la carta a los Hebreos dice que Enoc fue llevado al cielo por su fe.  Hb 11, 5-6.  Si Dios se llevó a Enoc, a Elías y a todos los que enumera san Pablo en la carta a los Hebreos por su fe.  Nadie más que María merecería ser llevada al cielo.

Ella en la Santa Escritura aparece  “llena de gracia”,  de ella se dice que “el Señor está contigo”. Nadie como ella se plegó a hacer la voluntad de Dios: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí su palabras”.  Todo esto lo podemos leer en el capítulo 1 del Evangelio de San Lucas. ¿A quién más, sino a María se le dijo “Dichosa tu porque has creído, en ti se cumplirán las promesas del Señor” Lc 1, 45.

Esa es la promesa de Jesús: Que nosotros vamos a estar en el cielo.  Acaso no eso piensan los hermanos separados. Solo que la Iglesia desde que se inició, poco después de la muerte de Jesús, empezó a tener esa seguridad de que María fue trasladada en cuerpo y alma al cielo debido a su prerrogativa de ser la Madre de Jesús y haber vivido la fe de una manera excepcional.

Lo que hizo el Papa Pio XII fue solamente ratificar y formular  la fe de la Iglesia que se venía transmitiendo de generación   en generación.

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