viernes, 5 de febrero de 2016

Tajamar: Desolación, Ecocidio y Corrupción

Jairo Garzón Montaño


Opinión


Ante los acontecimientos ocurridos en el Malecón Tajamar, estoy verdaderamente indignado del grado de agresión al medio ambiente y la cantidad de animales muertos o mutilados, así como por la cantidad de flora destruida. Entre más investigo y reflexiono sobre lo sucedido, me pregunto, en qué momento perdimos la noción de comunidad, ¿acaso no asimilamos que la destrucción de los ecosistemas y hábitat nos afecta a todos?, me cuesta mucho asimilar que no aprendemos de nuestros errores.


Qué tipo de acuerdos y criterios son válidos para que las autoridades consientan, aprueben y acepten construir un complejo inmobiliario a costa de un territorio rico en flora y fauna, cuando está suficientemente discutido que es un error modificar o devastar las franjas de manglar a lo largo de los litorales, debido a que tienen una función esencial en la conservación y preservación de la biodiversidad; en la captación de dióxido de carbono y en la contención de huracanes y tormentas tropicales.


Ante este panorama, el olor a corrupción en el municipio de Benito Juárez en Quintana Roo es tan fuerte que aún persiste en el ambiente para construir un centro comercial, diversos estacionamientos, oficinas privadas, una zona residencial con 3 mil 600 viviendas y torres de condominios en 57 hectáreas, hogar de cocodrilos, serpientes, cangrejos azules, iguanas, aves y ardillas.


No acepto que la respuesta institucional a la introducción de maquinaria, tala de manglar y relleno de humedales, sea que se realizó con “apego a la Ley”, cuando se trata de una cuestión de sentido común, la necesidad primero de reubicar a las especies animales e instrumentar mecanismos de protección y conservación de la flora endémica. En este sentido, estoy convencido de que el desarrollo no puede estar sustentado en el daño a nuestro patrimonio natural, pues de hacerlo, seguiremos evidenciando nuestra nula educación ambiental, la falta de planeación de los desarrolladores y los endebles mecanismos institucionales de preservación natural.


La naturaleza es el patrimonio más importante que tenemos, de ahí mi preocupación por su cuidado. El reto que tenemos como sociedad, es generar un sano equilibrio entre crecimiento económico, desarrollo social y cuidado del medio ambiente para generar un ecosistema seguro, limpio y verde en favor de las próximas generaciones. Estoy seguro que muchos ciudadanos de bien, exigimos que se sancionen a los responsables, se inhabilite a los funcionarios y se hagan modificaciones al marco jurídico para que se respete la vida: No podemos permitir que otra barbaridad vuelva a ocurrir.


Restaurar la vegetación de la zona dañada es nuestra misión y emprender una campaña de información y concientización en entidades como Oaxaca es una obligación ineludible, preservemos el oro verde de nuestras costas, como los manglares en Huatulco, Puerto Escondido, Río Grande, Pochutla, Salina Cruz etc., de no hacer nada, continuaremos en un país en donde todos los días se arrasan con bosques y selvas, donde sus ríos son vertederos de aguas negras y la basura se tira a cielo abierto, lugar en el que el ecocidio de Tajamar, sólo será una luz en la oscura apatía característica de nuestra época.


Twitter:@jairogarzonm



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