viernes, 15 de abril de 2016

“Ni maltrato ni indiferencia”

Salvador López Santiago


Al inicio del presente año, el ecocidio ocurrido en Tajamar, Cancún, generó gran indignación y preocupación dentro de la sociedad mexicana, el repudio, rechazo y condena fue unánime. No obstante, a casi tres meses de tan lamentable episodio, el asunto no sólo ha sido sustraído de la agenda pública nacional, sino que además sigue sin haber sanciones para los responsables.


Recuerdo que cuando pasó aquella tragedia, el tema fue abordado enérgicamente por los medios de comunicación, ampliamente criticado en las redes sociales, atendido por las autoridades locales y federales, e incluso, arduamente discutido en el Congreso de la Unión. Sin embargo, hoy parece que se ha olvidado, hecho que no debe ocurrir en otros ámbitos, es ahí donde radica el interés del presente artículo que espero sea de su agrado.


Con tristeza debo decir que no es el único caso de este tipo, basta mencionar algunos ejemplos como son: En febrero de 2015, en el estado de Puebla, la PROFEPA aseguró 101 animales zoológico particular “Club de los Animalitos” por falta de seguridad para los animales y visitantes; a finales de 2015, se dio a conocer que debido a negligencia por parte de la dirección del lugar, en el Centro de Interpretación y Convivencia con la Naturaleza Yumká en Tabasco fallecieron 3 hipopótamos; y A principios de abril del año en curso, ocurrió la muerte de un chimpancé del zoológico de Chapultepec, donde la asociación protectora de animales “Proyecto Gran Simio México” asegura que empezó a convulsionarse y recibió atención médica después de 20 minutos.


Estos son sólo algunos casos de la violencia, maltrato e indiferencia de la que son víctimas los animales. Ante este panorama, no podemos ser indiferentes ante el dolor y sufrimiento al que son sometidos: esto nunca debe ser visto como normal o parte de la cotidianidad.


Estoy convencido de que todos debemos contribuir al cuidado y protección de nuestro amplio potencial natural, sobre todo si tenemos en cuenta que según cifras de la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO), poseemos 3 de las 37 áreas silvestres del planeta, y formamos parte del grupo de naciones con la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas a nivel mundial (casi el 70%), lo que nos posiciona como un país “megadiverso”.


Además, en el territorio nacional están representadas el 12% de las especies terrestres conocidas del planeta, lo que nos coloca en el primer lugar en variedad de reptiles, el segundo en mamíferos y el cuarto en anfibios y plantas a nivel mundial. Por si esto no fuera suficiente, contamos con una gran cantidad de especies de plantas y animales que se consideran endémicas, es decir, que se desarrollan de manera exclusiva en México.


Sé que es un reto complejo, pero también tengo la certeza de que siempre podemos ayudar y que cualquier acción, por pequeña que parezca, debido a que contribuye a la construcción de un México mejor, uno donde no exista desprecio por el bienestar de ningún ser. Una forma excelente de comenzar a configurar esta nueva y necesaria realidad, es asumiendo e impulsando una cultura de respeto hacia la vida silvestre de nuestro país.


Twitter: @sls1103



“Ni maltrato ni indiferencia”

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