lunes, 28 de noviembre de 2016

REFUGIARME EN EL ALCOHOL

A pesar de ser muy joven, cuando acudí a la terapia del “MOVIMIENTO BUENA VOLUNTAD 24 HORAS DE NEURÓTICOS ANÓNIMOS”, ya padecía de una gran tristeza, que en muchas ocasiones me había llevado a la determinación de beber alcohol a solas en mi cuarto. Me sentía muy incomprendida por mi familia, así que lo mejor era aislarme de todos.


En aquel entonces tenía la sensación de que verdaderamente estaba sola y que por lo mismo no le importaba a nadie, sobre todo a mi novio con el que todo el tiempo estábamos peleando. Después de tener una discusión con él me sentía verdaderamente mal, creyendo que con aislarme me sentiría bien y era cuando recurría al alcohol.


Este comportamiento se hizo normal en mi creyendo que no me causaba mayores problemas, a pesar de la doble personalidad en la que transcurría mi vida. De lunes a viernes era una joven seria, callada, que trabajaba con naturalidad, pero que el fin de semana se volvía una persona sociable, entusiasta que platicaba con mucha gente, sobre todo con los parroquianos que acudían a las mismas cantinas que yo, a tomar y con los que me sentía acompañada.


Con el transcurso del tiempo y al no saber que pasaba conmigo, ¿Que iba a ser de mi?, ¿hacía donde me llevaría esta vida? Lo único seguro era de que sin el alcohol no era absolutamente nadie, esta desesperación me llevó a buscar ayuda.


Fue así como presa del pánico y la angustia me llevó a buscar ayuda llegando al “MOVIMIENTO BUENA VOLUNTAD 24 HORAS DE NEURÓTICOS ANÓNIMOS”.


Después de un tiempo de asistir a mi terapia de recuperación, fue desapareciendo esa ansiedad por alcoholizarme, gracias a ello también descubrí que no necesito ningún tipo de estimulante para sentirme bien, ni para poder integrarme con las demás personas y ser feliz.



REFUGIARME EN EL ALCOHOL

No hay comentarios:

Publicar un comentario