viernes, 6 de octubre de 2017

El puente de Amatitlán en que vive una historia del General  Lázaro Cárdenas

Correomixteco/ Álvaro Medina Sánchez/Hugo Pacheco


Huajuapan de León,  Oaxaca a  de octubre del 2017.- “Antes no había escuela, el general trajo la educación al pueblo, los primeros salones de clases y este puente, que fue la principal vía de comunicación. Yo trabajé aquí para construirlo”, comenta Neftalí López Círigo con orgullo y voz entrecortada, mientras recuerda el esfuerzo de al menos 30 trabajadores para edificarlo, hace más de cuatro décadas, en el municipio mixteco de San Miguel Amatitlán, Oaxaca.


En aquella época Lázaro Cárdenas (presidente de México entre 1934 y 1940) encabezó  la Comisión del Río Balsas, detonando la infraestructura en la región con la construcción de represas, convirtió en carreteras los senderos pedregosos y promovió la cimentación de puentes para comunicar a los pueblos e impulsar el comercio.


Neftalí, ahora con 73 años de edad, frente al puente y a lado del presidente municipal Alejandro Vásquez Mata,  mira el fluir del agua y recuerda que era un trabajo duro: “El jefe era muy exigente. Ganábamos $11.40 pesos a la quincena. Nos lo daban en un sobre. Ellos se dieron cuenta de que yo era trabajador. El ingeniero me dijo: Usted va  a ser el encargado de toda esa gente y hará los reportes de los camiones que traen la arena y la grava”.


En tierras de San Miguel Amatitlán, Neftalí, era analfabeta. Por lo cual el ingeniero Cárdenas le dijo: “Pues busque usted a alguien que lo oriente, ya irá aprendiendo poco a poco”. Así fue como aprendió a leer y a escribir, a las pocas semanas pasaba lista a los trabajadores, mientras “echábamos taco justo aquí, a la orilla del río”.


El “Tata” Cárdenas llegó a decir que la cuenca hidrográfica del Balsas fue su territorio más querido. Con 112,305  km2, parte de los estados de Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala. Don Nefatalí fue testigo de la generosidad de Cárdenas, recuerda que cuando llegaba al pueblo usualmente era reverenciado por los indígenas del sitio, a lo cual él respondía:


“Denme la mano, yo valgo lo mismo que ustedes. Así acostumbran saludar al cura solamente. Pero yo soy su amigo, díganme, ¿qué se les ofrece, cuál es lo que más urge aquí?”.


Mientras recuerda aquellos años, a Neftalí le tiembla la voz y comenta que recientemente, cuando el hijo del “Tata”, Cuauhtémoc, visitó Santo Domingo Tonalá, viajó para verlo y decirle que tenía una foto donde Neftalí aparecía junto a su padre y el ingeniero. Cuauhtémoc sonrío y le dijo:


“Vamos a hacer una ampliación de esa foto”. Neftalí le pidió un apoyo para su hijo, que lleva dos años estudiando, por lo cual tuvo que vender “todos los chivitos que tenía y un terrenito, los vendí con tal de que estudiara mi hijo. La vida del pobre es muy triste…”, comenta, mientras la corriente del río se precipita entre los cerros de la Mixteca Oaxaqueña, por los que transitan historias del pasado que Neftalí siempre llevará en el corazón.


El puente de comunicación, entre los municipios y agencias llego a su fin de aproximadamente 60 años de vida. Hoy, los mixtecos, tienen confianza de que el gobierno del estado, los pueda escuchar para restablecer el paso, en virtud, de que la mayoría venden sus productos.





El puente de Amatitlán en que vive una historia del General  Lázaro Cárdenas

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